Última entrega de la serie de artículos sobre acoso escolar. Nos toca profundizar su intervención.
Con la persona que está sufriendo acoso, lo más recomendable suele ser facilitar la expresión emocional: escuchar sin prisas, con toda nuestra atención y sin juzgar lo que nos dice. Es importante no minimizar lo ocurrido, pero tampoco siendo en exceso alarmista. A partir de ahí, podemos tratar de buscar soluciones conjuntas, es decir, que tengan en cuenta cómo se siente la persona acosada y qué alternativas parecen más viables. Si fuera necesario, podemos plantearnos esas soluciones en el marco del centro educativo, asesoramiento de profesionales, personas del entorno cercano, etc. También, suele ser adecuado reforzar la autoestima y el desahogo emocional.
Con quien está ejerciendo el acoso, suele ser importante aumentar la sensibilización de la persona o las personas agraviadas, acrecentando así la empatía. También, puede ser relevante tratar de averiguar el porqué de estas conductas, y para ello, lo más recomendable es tratar de escuchar sin valorar o juzgar todavía. Después, buscar otras alternativas más saludables para uno mismo y para los demás.
Para finalizar, recordar que el acoso escolar no es un tema sencillo, debido a la suma de factores y complejidad de los mismos, como hemos visto en esta serie de artículos. Sin embargo, la detección de un problema, al fin y al cabo, lo que hace es abrir un gran marco de planteamientos, poniendo en marcha distintas soluciones. Como se suele decir, a veces parece que no podemos más y entones, lo podemos todo.
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