En este nuevo artículo acerca del acoso escolar, vamos a indagar con más detalle en algunos elementos que nos pongan en la sospecha de que se puede estar sufriendo acoso. Según apuntan las investigaciones, cuando alguien está siendo víctima de acoso escolar suele manifestar:
- Deseos de no ir a clase.
- Síntomas físicos típicamente asociados al estrés: molestias gastrointestinales, cefaleas, palpitaciones, sudoración, mareos, opresión en el pecho.
- Variaciones en el estado de ánimo: tristeza, irritabilidad, tensión, cambios repentinos del humor.
- A nivel del comportamiento: dificultades de concentración, abandono de aficiones o actividades en general, empeoramiento del rendimiento académico, tendencia al aislamiento, peor calidad del sueño o el apetito.
- Autoestima: posibles comentarios minusvalorativos hacia uno mismo, que resaltan en exceso defectos, o evitación de ciertas situaciones o comportamientos por no sentirse bien con uno mismo, o las cualidades propias.
Aunque es cierto que los síntomas pueden variar de unas personas a otras, estos elementos son los que suelen producirse ante situaciones de acoso.
¿Y respecto a los indicadores de las personas que ejercen el acoso? Es importante atender aquí a la información sobre el comportamiento que desde el centro educativo nos remitan, ya que suele ser más fácil localizar allí conductas de acoso o relacionadas con él. Además, con frecuencia suele producirse:
- Probable desmotivación académica.
- Dificultades en relaciones sociales o familiares.
- Actitud irritable.
- Impulsividad a la hora de actuar y bajo control de impulsos.
- Tendencia a manifestar intolerancia a otros puntos de vista.
- Baja tolerancia a la frustración, cuando las cosas no salen como se deseaba.
- Uso de la violencia para resolver conflictos: rabietas, agresividad verbal o no verbal…
- Expresiones o conductas de cierta hostilidad o dominio de otros: por ejemplo, comentarios desvalorativos a otros grupos o minorías, “el que la hace la paga”, “a mí nadie me deja así”, “los demás saben quién manda”.
- Empatía: “hacer a los demás lo que te hacen (o parece que te hacen) a ti”, reflejando poca conexión con pensar cómo se sentirán los demás, o cómo les gustaría a los demás que se les tratara en esas circunstancias.
De nuevo, recordamos que son elementos que en general suelen ser indicadores de violencia escolar, que pueden variar de unas personas a otras.
En el recorrido que llevamos a través de estos dos artículos, hemos profundizado en qué es y qué no es el acoso escolar, y en cuáles son los principales indicadores del mismo. En el último artículo, veremos qué pautas de actuación son más recomendables.
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